La actriz aseguró que los comentarios del público afectaron su autoestima.
Como nunca antes, Sofía Castro abrió su corazón en la última entrevista para el canal de YouTube de Yordi Rosado, donde no solo recordó cómo inició su carrera en la actuación y lo complicado que fue debido al peso que tienen sus padres José Alberto “El Güero” Castro y Angélica Rivera en la industria, sino también lo que vivió al formar parte de la familia presidencial.
Para la actriz, haber vivido esa exposición ante el público de México durante la plena adolescencia fue una completa pesadilla, especialmente por haber sido blanco de duras críticas, de las cuales aún tiene secuelas emocionales derivadas de esa etapa.
Sofía señaló que para ella fue “un shock” decir que su madre era la primera dama y su entonces marido el presidente de México, por que lo que hablaron con ella y sus hermanas sobre que “era una responsabilidad muy grande”, pero reconoció que su papá fue una gran pieza y apoyo.
“Nos dijeron lo que implicaba, lo que se tenía que ser, que era una posición de mucha responsabilidad, prudencia. Y que nos cuidáramos de la que gente que se nos iba a acercar”, comentó.
Sofía Castro aún recuerda haber sido víctima de acoso en las redes sociales
Sin embargo, lo complicado apenas comenzaba para Sofía Castro y el resto de los integrantes de la familia presidencial, pues recordó que desde el primer día fueron blanco de duras críticas, pero lo que más le dolió fue cuando la gente aseguraba que el matrimonio y la cercanía que hubo entre ellos no era real, y reconoció que hasta la fecha se quieren “con el alma”.
“Siempre hicimos lo mejor que pudimos, aguantamos vara, porque la gente fue fea, me dijeron cosas en redes sociales bien feas, que ojalá me muriera… Me costó mi autoestima, que me cerraran tantas puertas. Sí hubieron oportunidades y experiencias únicas, pero en la política es blanco o es negro, no es gris”, señaló.
Asimismo, Sofía destacó que le costó “mucho la crítica” y hasta llegó a deprimirse debido a que no le gustaba salir, especialmente porque hubo un tiempo en el que se obsesionó con los comentarios que le llegaron a hacer diversos usuarios de redes sociales hasta llegaron al grado de tener “una enfermedad horrible”, pero no cayó en trastornos alimenticios.
“Deja muchas secuelas, muchos traumas, inseguridades, en las que tienes que trabajar todos los días. Hay veces que necesito el reconocimiento y validez de todo el mundo. Confiar en mí me ha costado mucho trabajo, recuperar mi autoestima”, agregó.